Cuando se ha escrito ya tanto sobre la transformación digital, en mi post de hoy quiero limitarme a analizar sus efectos. Es posible hacerlo desde la óptica de los clientes, tanto en una relación B2C (Business to Consumer) como C2C (Consumer to Consumer) o desde el punto de vista empresarial. El primero siempre va por delante y a las compañías les toca ponerse las pilas para estar a la altura de sus expectativas. Respecto a estas últimas, saco dos conclusiones generales:

Las empresas que han empezado a digitalizarse están dando prioridad a los procesos directamente relacionados con el cliente final y han pospuesto la modernización del back-office.

Aquéllas que verdaderamente han sabido aprovechar las oportunidades de la transformación digital desde el principio, por ejemplo con una apuesta omnicanal clara y presencia activa y buena reputación en redes sociales, entre otras cosas, gozan en la actualidad de una posición de ventaja competitiva frente al resto.

La cuestión es que aún hay muchas empresas que no han afrontado el reto de la transformación digital y otras que están en ello pero no tienen las claves necesarias porque ¿cuáles son los requisitos para abordar este reto con éxito?

Los tres ámbitos clave de la transformación en una organización son: las personas, los datos y los procesos.

Personas. Las personas marcan la diferencia, son las que en definitiva van a impulsar los cambios en la forma de trabajar, por lo que es necesario que crean en las ventajas de la digitalización e impulsen su adopción. Por ello es importante incentivar a los empleados más proactivos tecnológicamente o early adopters para que transmitan esa motivación al resto del equipo porque ello contribuirá al éxito de la transformación digital. Si las personas no creen en las mejoras en la forma de trabajar –o mejor, en una forma de trabajar distinta y más eficiente-la transformación puede reducirse a una mera sustitución de dispositivos analógicos por otros digitales, sin el cambio cultural necesario.
Datos. Respecto a los datos que posee y genera una empresa, es fundamental apostar por soluciones cloud que permitan disponer de ellos en movilidad. Además de ventajas en términos de productividad, se puede mejorar la seguridad de los mismos y contratar soluciones en pago por uso que optimizan los recursos, sin realizar inversión alguna. En segundo lugar, con el desarrollo de big data y business intelligence, es posible analizar y gestionar los datos generados y así optimizar la toma de decisiones. Ya conocemos ejemplos de éxito como el de las Telcos o banca, sin embargo, lo más interesante es que las grandes ventajas de big data están cada vez más cerca de nuestra realidad empresarial.
Procesos. Por último, la adopción de soluciones en la nube representa una fantástica oportunidad para mejorar los procesos establecidos. Esta “mochila tecnológica” puede llegar a representar una barrera en el crecimiento del negocio. Pero si, además, tenemos en cuenta la madurez del mercado cloud, optar por soluciones en la nube es la mejor decisión para simplificar procesos ya establecidos .

En el mercado existen soluciones cloud muy diversas; de entre ellas, destacaría las de tipo PaaS, ya que como Diego Rodriguez planteaba, ¿qué sentido tiene estar preocupado del mantenimiento del hardware, el software o las licencias cuando se trata, por ejemplo, dotar al departamento financiero de una solución de ERP (Planificación de Recursos Empresariales) acorde a sus necesidades?
Tenemos, pues, identificados los ámbitos claves (personas, datos y procesos) y, junto al cambio cultural, las TIC se muestran como herramienta fundamental que permitirá a las empresas garantizar su supervivencia en un nuevo mercado y beneficiarse de las oportunidades digitales .

«Es peligroso esperar, quienes han dado el paso ya están obteniendo ventajas competitivas».

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Extraido del blog A un clic de las TIC   – Artículo original aquí

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